Entre 1910 y 1919 el mundo de la danza ejerció su impronta sobre la
ropa interior, donde se requería mayor libertad de movimiento. Así lo
demostró el abandono del corsé por parte de Isadora Duncan o la
bailarina Irene castle.
A principios del siglo XX la creatividad le gana el pulso al pudor
femenino y comienzan a aparecer las primeras prendas decoradas con el
objetivo de diseñar una incipiente "lencería sensual", más femenina,
sugerente y atractiva. Pese a la inicial decadencia de la Lencería sexy
en las décadas de los 30, 40 y 50, debido un fuerte conservadurismo,
este siglo supondrá la eclosión de la moda lencera.
Durante la época jipi,
a principios de los 60, las feminista quemaban sus sujetadores en señal
de protesta y como manifestación de poder.
Las flores y los estampados
primaverales marcarán tendencia de la época. Poco a poco se fueron
rompiendo tabúes hasta que que, ya en la década ochenta, la lencería
comience sus años dorados y arranque la verdadera liberación femenina.
Además, iconos sexuales* como Madonna potenciaron el uso de lencería
sofisticada, encajes, etc.
En la década de los noventa y ya hasta nuestros días, la lencería
"inteligente" se ha incorporado a la vida de la mujer como una prenda
más de su guardarropa. El "Wonderbra"
marcó un hito al aumentar el pecho sin una intervención médica.
La
lencería esculpe la figura sin la dictadura de los antiguos corsés. Poco
a poco evoluciona el estilo de vida, propiciando una alimentación sana y
la práctica de deporte, lo que a su vez propicia un desarrollo de una
lencería cada vez más cómoda.
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